Importancia de los tipos de cierres en envases metálicos
En el mundo del envasado y almacenamiento industrial, no basta con escoger un cierre cualquiera: la compatibilidad entre el cierre (tapa, tapón, sello, válvula) y la viscosidad del producto es clave para garantizar funcionalidad, seguridad y eficacia.
En IMVSA, como especialistas en soluciones de envasado y cierres técnicos, comprendemos que una mala elección puede generar fugas, dificultades de dosificación o deterioro del producto.
Conoce cómo la viscosidad condiciona los cierres más adecuados, y qué criterios debes tener en cuenta.

Qué es la viscosidad y por qué es fundamental
La viscosidad es la resistencia interna de un fluido al flujo, a mayor viscosidad, más “espeso” es el producto.
En aplicaciones industriales (adhesivos, pinturas, sellantes, aceites, productos químicos, alimentos) este parámetro determina cómo fluirá el producto dentro del envase y cómo responderá al aplicar una apertura o dosificación.
La viscosidad influye en la velocidad con que el producto sale del envase, la presión necesaria para forzar su paso, el riesgo de obstrucción en válvulas o boquillas y la capacidad del cierre para contener el producto sin fugas.
Por ello, una buena selección del cierre tiene que considerar el rango viscoso del producto, así como sus propiedades químicas (corrosividad, solventes) y las condiciones de uso (temperatura, presión interna, transporte).
Tipos de cierres comunes en envases de metal
Existen distintos sistemas de cierre utilizados en envases industriales y de consumo, cada uno con ventajas y limitaciones. Algunos de los más comunes:
- Tapas de presión: tapas por ejemplo de tulipa o de envase pequeño que sirven para envasar pintura o pegamento y que dan un fácil uso para el consumidor final. Tiene limitación en las homologaciones que pueden tener este tipo de envases
- Tapas pail o con lengüeta: Cierre utilizado para envases con un mayor diámetro y que da mayor estanqueidad y facilidad de uso.
- Tapa plana con aro de ballesta. Máxima estanqueidad, mejores homologaciones y recomendados para los transportes marítimos. El uso también es sencillo porque se puede abrir y cerrar las veces que se necesite sin deterioro de los cierres
- Envase cerrado con tapón. Máxima homologación. Utilizados para disolventes, pegamentos,… El vertido se realiza con facilidad gracias a los tapones.
Cómo condiciona la viscosidad la elección del cierre
| Rango de viscosidad | Problemas si el cierre no es apropiado | Cierres recomendados / Características deseadas |
|---|---|---|
| Baja (líquidos finos, solventes, agua, productos diluidos) | Fugas, goteos, pérdidas por permeación, evaporación | Tapas de rosca con junta bien ajustada, cierres con film interno, cierres de rosca o rosca continua estanca |
| Mediana (geles ligeros, soluciones concentradas, emulsiones) | Obstrucción parcial, fricción contra juntas, dosificación difícil | Dispensadores tipo bomba o válvulas de paso, tapas con boquillas, cierres push-pull bien dimensionados |
| Alta (pastas, adhesivos densos, ceras, productos semi-sólidos) | No fluyen, requieren fuerza para ser extraídos, rechazo del cierre | Cierres tipo «tapón grande con abertura amplia», válvulas de aguja o sistemas de bombeo externos, cierres que permitan carga por presión o extrusión |
La compatibilidad química entre el producto y los materiales del cierre (plásticos, elastómeros, gomas) debe ser valorada para evitar degradaciones o reacciones adversas.
Ejemplos según tipos de productos
- Productos muy fluidos: esencias, disolventes, algunos aceites livianos. En estos casos, se prioriza un cierre que evite fugas y evaporaciones, como tapas roscadas con junta de goma o film interno de sellado.
- Productos intermedios: cosméticos (lociones), productos de limpieza concentrados, jabones líquidos. Aquí se usan bombas dosificadoras, boquillas finas o cierres push-pull, adaptados a la viscosidad para que se dispense sin esfuerzo.
- Productos densos / pastosos: pinturas espesas, adhesivos, sellantes. En este entorno puede requerirse un sistema de cierre que acepte el paso por extrusión o que permita cargar el producto con presión. O incluso separar el envase de la tapa durante el llenado y después cerrarlo con maquinaria especializada.

Recomendaciones para fabricantes
A continuación, una serie de recomendaciones clave que en IMVSA consideramos esenciales para asegurar que cada cierre cumpla su función de forma eficaz y duradera.
- Estudio de viscosidad: antes de elegir un cierre, realiza pruebas de viscosidad a diferentes temperaturas para entender el comportamiento del producto dentro del envase.
- Compatibilidad química: selecciona materiales del cierre que sean inertemente compatibles con el producto (sin reacción, sin hinchamiento, sin disolución).
- Diseño de juntas y tolerancias: los cierres deben tener tolerancias adecuadas para asegurar el sellado incluso ante dilataciones o contracciones del material.
- Simulación de uso real: realiza ensayos de transporte, vibración y cambios de temperatura para ver cómo responde el cierre frente al estrés externo.
- Escalabilidad: considera que el cierre debe ser viable en producción masiva. A veces soluciones muy “premium” no son costeables en grandes volúmenes.
- Asesoramiento técnico especializado: contar con un partner tecnológico con experiencia (como IMVSA) puede ayudarte a definir prototipos específicos para tu producto.
Elegir el cierre adecuado no es un simple detalle estético: es un factor decisivo que condiciona la funcionalidad, seguridad y éxito del producto en el mercado.
La viscosidad del líquido (o material) impone límites que deben ser honrados mediante diseños técnicos bien pensados.

En IMVSA, nuestra vocación es acompañar a los fabricantes con soluciones de cierre, sellado y envasado que respondan exactamente a las características del producto.
Si tienes un producto con retos especiales de viscosidad o necesitas asesoramiento para elegir o diseñar el cierre idóneo, estaremos encantados de ayudarte.
Contáctanos para analizar tu caso concreto y juntos desarrollar la solución óptima.