
El valor del barnizado y lacado en envases de hojalata
En la fabricación de envases metálicos de hojalata, uno de los aspectos más determinantes para su funcionalidad, durabilidad y atractivo comercial es la aplicación de recubrimientos superficiales.
Entre estos, el barniz y el lacado juegan un papel clave, no solo como barrera protectora frente a la oxidación y agentes externos, sino también como potentes herramientas para la diferenciación de marca.
En especial en sectores industriales donde el posicionamiento visual en el lineal es un factor estratégico.

El barniz, escudo invisible contra la corrosión
El barnizado consiste en la aplicación de una capa de resina sobre la superficie de la hojalata, que actúa como barrera protectora frente a la humedad, el oxígeno y sustancias químicas agresivas.
Esta película transparente, que puede ser epoxi, fenólica, acrílica o poliéster, protege el metal base y garantiza una mayor vida útil del envase.
Beneficios del barnizado en envases metálicos
- Prevención activa de la oxidación: evita el contacto del acero con agentes externos, impidiendo el inicio del proceso de corrosión.
- Compatibilidad con productos al agua: algunos barnices están específicamente diseñados para ofrecer resistencia química ante productos de base acuosa, evitando reacciones con el contenido.
- Mejora de la imprimibilidad: los barnices sirven como capa intermedia que facilita la adherencia de tintas, asegurando una decoración más duradera y definida.
- Adaptabilidad: según los requerimientos del cliente, el barnizado puede aplicarse en una o ambas caras, y con distintos grosores según el nivel de exigencia del contenido.
En sectores como el de la pintura, los disolventes o los productos químicos industriales, el barnizado se convierte en una solución técnica esencial para mantener la integridad estructural del envase durante todo su ciclo de vida.

El lacado: protección, estética y diferenciación
El lacado es un tratamiento de superficie más elaborado que el barnizado, caracterizado por un mayor espesor y variedad de acabados.
Este recubrimiento no solo aporta resistencia física y química, sino que también es un recurso fundamental para elevar el valor visual y de marca del producto.
Funciones del lacado en envases de hojalata
- Resistencia mecánica: protege el envase frente a arañazos, abrasión o impactos durante su manipulación, transporte o almacenaje.
- Valor estético: permite aplicar acabados brillantes, mates, translúcidos o totalmente opacos, lo que abre la puerta a diseños diferenciadores y alineados con la identidad corporativa del cliente.
- Personalización y branding: el lacado es una herramienta estratégica en la personalización de envases, favoreciendo la presencia de marca en el punto de venta y mejorando la percepción del consumidor final.
- Mayor durabilidad en condiciones adversas: especialmente relevante para productos que requieren almacenamiento en ambientes húmedos o con cambios de temperatura.
Gracias a su versatilidad, el lacado se ha convertido en una elección habitual para envases promocionales, ediciones especiales o gamas premium, donde la presentación y la diferenciación son tan importantes como la protección.

Recubrimientos interiores específicos para productos al agua
Los productos químicos de base acuosa plantean desafíos técnicos particulares, ya que pueden degradar los metales si no están adecuadamente aislados.
Por ello, en IMVSA aplicamos barnices interiores especializados, formulados con resinas resistentes a la hidrólisis, que impiden la migración del contenido hacia el sustrato metálico.
Este tipo de recubrimientos está diseñado para:
- Resistir la acción constante del agua sin degradarse.
- No alterar las propiedades del producto envasado.
- Cumplir con normativas internacionales de seguridad industrial y compatibilidad química.
Su aplicación garantiza la estabilidad del producto durante toda su vida útil, sin que el envase pierda funcionalidad ni se vea comprometida su seguridad.
Diferenciación de marca y posicionamiento: más allá de la protección
Tanto el barnizado como el lacado no solo cumplen funciones técnicas de protección frente a la corrosión, sino que permiten a las marcas posicionarse estratégicamente en mercados altamente competitivos.
¿Por qué es esto importante?
- Los envases de plástico, a pesar de su bajo coste, no ofrecen las mismas garantías ni en términos de resistencia ni de durabilidad visual en el tiempo.
- La hojalata lacada y barnizada resiste mejor los impactos, los cambios climáticos y los agentes químicos, sin perder calidad estética.
- Los acabados metálicos bien trabajados aportan una imagen de solidez, confianza y calidad, asociada a valores de sostenibilidad y profesionalidad.

En IMVSA trabajamos estrechamente con nuestros clientes para seleccionar los recubrimientos ideales según el tipo de producto, su forma de comercialización y su imagen de marca, cuidando cada detalle desde el primer contacto hasta la entrega final.